martes, 16 de octubre de 2007

calabaza fantasma

Una calabaza de 70 kilos sin haberla plantado

Mariano Artiaga, de La Almunia, cuenta con un inmenso ejemplar

Mariano muestra sus poco comunes calabazas.

Ha nacido sin plantar semillas". Mariano Artiaga no acaba de salir de su asombro por la calabaza de 70 kilos que ha nacido en su huerta en la localidad de La Almunia de Doña Godina. Este enorme ejemplar apareció junto a la plantación de calabacines de Mariano hace casi dos meses. "No sé cómo han podido llegar las semillas hasta aquí. Quizá las haya traído un pájaro o estuvieran en el estiércol", especula este jubilado que nunca antes había visto una hortaliza de ese tamaño.

Este almuniense reconoció que le gusta abonar bien la tierra ya que los productos son destinados al consumo familiar. En cambio, si algo no esperaba este horticultor en su huerto eran calabazas. "Suelo cultivar tomates, judías verdes... Pero la calabaza no me gusta y no la hubiese plantado nunca. Además con esta solo se puede hacer puré", sostiene Artiaga.

La aparición de este hortaliza no deseada vino acompañada de tres más. "La pieza más pequeña tiene un peso de 41 kilos, cuando lo normal es que pesen entre 25 y 30 kilos", afirma Artiaga.

Las calabazas no tardaron en recibir las visitas de los amigos y vecinos de la zona que calificaron la pieza de 70 kilos de "anormal". Mariano tampoco terminó de creérselo hasta que verificó el peso de la calabaza en una báscula. "La pesamos dos veces entre mi hijo y yo porque la primera pensamos que el aparato no estaba bien nivelado", relata Artiaga.

Un vecino de campo ha convencido a Mariano para llevar esta hortaliza a una exposición el 24 de septiembre en las fiestas de Santa Pantaria. "Ya veremos lo que pasa, porque en el maletero de mi coche no cabe", puntualiza este horticultor. De momento, la calabaza no será arrancada hasta esta fecha. Ese día la tarea será de peso ya que la mata ocupa veinte metros cuadrados de campo.

Si esta calabaza no ha llegado de una forma usual, ni tampoco tiene un tamaño normal, no podía ser de un tipo corriente. Y así es, no se trata de la que se utiliza para cocinar conocida como de cabello de ángel, sino que tiene un aspecto rojizo por dentro del que ni Mariano ni sus compañeros de campo conocen el nombre específico. "Es una mata de capricho que no necesita cuidados", concluye este almuniense cuyo propósito es donar la calabaza a una residencia.


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